En un mundo marcado por las tensiones crecientes y los conflictos que sacuden Europa y el Medio Oriente, ¿no nos encontramos todos preguntándonos que dice la Biblia sobre la guerra y sobre la paz que anhelamos?

Escuchamos a figuras internacionales como Josep Borrell expresar que “a veces nadie quiere la guerra, pero todos la organizan”, mientras que Ursula von der Leyen manifiesta que se debe “hacer todo lo posible para evitar una escalada en Medio Oriente”. Incluso los países del G7 imploran a Israel que se contenga de entrar en conflicto con Irán.

Pero, ¿cuál es la perspectiva bíblica sobre la guerra y la paz?

En Romanos 12:18, se nos urge: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. Es el deseo divino para la humanidad, un llamado a la armonía que trasciende fronteras y diferencias.

El pasaje continúa en Romanos 14:19: “Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación”, invitándonos a reflexionar sobre el poder transformador de la paz en las relaciones humanas.

Hebreos 12:14 nos recuerda: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”, subrayando la conexión intrínseca entre la paz y la revelación divina.

Las Escrituras nos exhortan a evitar las contiendas, como lo declara Proverbios 17:14: “El que comienza la discordia es como quien suelta las aguas; Deja, pues, la contienda, antes que se enrede”, una sabia advertencia sobre las consecuencias destructivas de la confrontación.

Las guerras causan grandes sufrimientos humanos afectando la salud física y mental de la población.

Seguimos explorando lo que dice la biblia sobre la guerra.

Y en Proverbios 20:3 se nos enseña: “Honra es del hombre abandonar la contienda, pero cualquier insensato se enreda en ella”, destacando la nobleza de aquellos que buscan la paz y la insensatez de quienes se aferran a la discordia.

Filipenses 2:3 nos dice: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”, llamándonos a la humildad y al respeto mutuo.

Y Santiago 3:17 nos presenta la sabiduría celestial, que es pacífica, amable y llena de misericordia: “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”.

Entonces, ¿podría ser posible que las naciones en conflicto se alineen con estos principios divinos? ¿Podríamos alcanzar un punto en el que las guerras sean solo un recuerdo lejano, y la paz sea el anhelo común de la humanidad?

En este torbellino de conflictos y luchas, es crucial recordar lo que dice la Biblia sobre la guerra: nos llama a la paz, nos llama a la humildad, nos llama a la sabiduría celestial que es “primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos”

En última instancia, nuestra respuesta a este llamado define no solo nuestro presente, sino también nuestro futuro.

Que nuestras acciones reflejen la obediencia a estas palabras sagradas, que nos guían hacia la paz que tanto anhelamos.

Las guerras, con su implacable estela de sufrimiento, sumen a las personas en un abismo de desesperación.

Destruyen hogares, arrebatan seres queridos y desgarran el alma misma de la humanidad.

En ese oscuro panorama, anhelamos con fervor la paz, esa luz sanadora capaz de restaurar la esperanza y reconstruir el tejido social.

¿Qué piensas sobre lo que dice la biblia sobre la guerra?

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