Continuando con la serie:
“PRODUCIENDO LO BÁSICO”
Hijos que reverencian a Dios
En sus mentes debe estar bien arraigado el concepto de quién es Dios, sean salvos o no convertidos.
En otras palabras, la continua conciencia de Dios como el único Ser Supremo, el Omnipotente, el Omnipresente, y el Omnisciente. Aquel del cual nadie se puede esconder.
Ese conocimiento que lleva al ser humano a percibir la grandeza Divina, la gloria y la excelencia del Señor, por encima de todo. La percepción de sus maravillas plasmadas en la Palabra y su incuestionable soberanía sobre todo el universo.
Esto trabajará como un freno a la iniquidad, por el temor que infunde; e inspirará a la reverencia a Dios, la cual se reflejará en su conducta en casa, en el culto y donde sea que vaya.
Muchos quienes gozaron de una experiencia gloriosa en el Señor, fueron inculcados desde su niñez a la reverencia a Él cuando aún no eran salvos, lo cual sirvió para despertarlos más tarde al arrepentimiento.
(Extracto del libro “PRODUZCAMOS LA TIERRA DE MIEL”. La imagen no es parte del libro.)