consecuencias del pecado original

En este artículo, hablaré sobre qué es el pecado y la naturaleza carnal.

Para definir qué es el pecado, iré a la primera epístola de Juan capítulo 3, versículo 4.

Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.

Esta porción nos enseña que el pecado es el quebrantamiento de la ley de Dios.

No obstante, para entenderlo de una forma amplia, quisiera mencionar tres aspectos de esta ley:

  1. La ley de Dios escrita en el corazón

    Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
    mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos.
    Romanos 2:14-15.

    En el pasado, la nación de Israel era conocida como el pueblo escogido de Dios, y todos los demás eran conocidos como los gentiles, quienes a diferencia de los de Israel no tenían la ley escrita a través de Moisés como medio divino para regirlos como pueblo o como nación.

    Esta porción nos está indicando que aun cuando el resto del mundo (los gentiles) no tenían la ley de Dios, en sus espíritus tenían una ley general, o sea las leyes y normas que regían sus vidas en relación con la manera justa y correcta de proceder, de acuerdo al conocimiento que tenían; y Dios los juzgaba de acuerdo a ese conocimiento.

    De la misma manera, el hombre presentemente tiene esa misma ley en su corazón, y aunque no esté escrita en papel, la misma encaja con la ley divina en términos generales.

    Esta ley le indica al hombre en su interior, en su mente, en su espíritu, cuál es la manera justa y correcta de proceder con respecto a lo que es bueno y malo, y Dios también lo juzga de acuerdo a ello.

    En nuestro interior hay un registro de la ley de Dios.

    A lo mejor un hombre nunca ha leído o nunca se ha enterado que robar es malo ante Dios, pero si alguien toma o arrebata algo que le pertenece, él ha de reaccionar, porque sabe que dicha acción en su contra no fue correcta.

    Así pues, su acción demuestra que entiende que robar es proceder de una forma incorrecta, es decir, la ley de Dios escrita en su corazón le ha dado testimonio de aquello.

    En conclusión, esta ley está escrita en el corazón del ser humano, ha sido puesta por Dios.

  2. La ley de Dios plasmada en su palabra, la Biblia

    Al leerla y meditar en ella entendemos la mente de Dios, qué es lo que él espera, cuál es su voluntad para nosotros y cuáles son sus mandamientos.que-es-el-pecado

  3. La ley de Dios mostrada a un individuo

    Para este tercer aspecto, tomaré una porción en el libro de Santiago 4:17 que dice:

    Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.

    Se trata de cosas específicas que Dios le muestra a cada individuo, motivo por el cual él o ella llegan a ser responsables ante él.

    Cuando Dios le muestra particularmente algo a un individuo, y a este le registra como proveniente de parte de Dios, este no puede asumir que otra persona también lo tiene que hacer, ya que bajo ciertas condiciones Dios trabaja con cada uno de forma individual.

    Las indicaciones y prohibiciones específicas de Dios hacia un individuo vienen de parte de él para salvaguardarlo, debido a que en su vida pasada el individuo se entregó a ciertas cosas. Pero ahora, Dios busca impedir que se sigan dando efectos negativos y contraproducentes en su nueva en Cristo.

    Dios le asignó un trabajo al profeta Jonás, pero él intentó “escaparse de Dios” para no verse obligado a cumplir el mandato.

Por lo tanto, si considera aquello de la infracción a la ley en la porción de primera de Juan 3:4, tome en cuenta estos tres aspectos:

  • La ley de Dios escrita en el corazón,
  • La ley de Dios escrita en su palabra, y
  • La ley de Dios mostrada a cada individuo.

La violación a estos aspectos de la ley de Dios se constituye en pecado.

¿Qué es el pecado original?

En el primer libro de la biblia, vemos cuál es el origen del pecado. Génesis 3: 1- 7 dice:

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
Pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 
Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió, así como ella. 
Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 

La palabra de Dios nos cuenta que el origen del pecado se dio con Adán y Eva, quienes estando plenamente conscientes de lo que Dios les había dicho, quebrantaron su ley usando sus voluntades, e hicieron exactamente lo contrario a lo que se les había dicho.

Las consecuencias del pecado original no se hicieron esperar: el rompimiento de la ley divina produjo serios resultados.

En primer lugar, Adán y Eva rompieron su relación íntima con Dios.  En otras palabras, se dio una separación espiritual entre ellos y Dios.

Esta separación es la muerte espiritual, la cual Dios les había mencionado anteriormente al decirles:

Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Génesis 2:17.

Al participar del fruto, murieron. No murieron físicamente, pero espiritualmente sí.

muerte espiritual
Al pecar, perdieron la naturaleza divina y se engendró en ellos la naturaleza carnal.

La naturaleza carnal

Una vez rota la relación con Dios, quien es la fuente de la vida, engendraron la naturaleza carnal.

La naturaleza carnal (o el viejo hombre, o la naturaleza adámica, o la carne), es un espíritu totalmente contrario a Dios, que induce al hombre a pecar y a revelarse contra todo lo que Dios dice.

Al morir espiritualmente, Adán y Eva perdieron su relación con Dios, perdieron la vida santa, la vida eterna, perdieron la naturaleza divina y también perdieron el Espíritu Santo el cual los motivaba desde su interior a obedecer a Dios.

También perdieron las cualidades que Dios mismo les había dado y que los hacía semejantes al creador: el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, etc.

Al perder estas cualidades, se engendró en ellos la naturaleza carnal, la cual los haría tener una fuerte tendencia de ir constantemente contrario a lo que Dios establecía.

La constante tendencia en ellos antes de pecar era de agradar a Dios, y eso lo producía el Espíritu Santo desde el interior de sus vidas. Pero cuando le dieron lugar a la voz del diablo, perdieron esta gloria en sus vidas y ya no podían agradar a Dios constantemente.

Esta naturaleza carnal fue lo que Adán pasó a su hijo Set y, por lo tanto, a toda la raza humana. Comparemos estas dos porciones:

Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. Génesis 5:3.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Genesis 1:27.

Así que, Dios creó al hombre a su imagen, con sus cualidades. En otras palabras, andaba como Dios, actuaba conforme a la voluntad de Dios, tenía la mente de Dios.

Pero cuando éste pecó, su generación nació conforme a la imagen caída que quedó en él como producto de haber pecado contra Dios.

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Romanos 5:12.

Esta naturaleza caída, la tiene el hombre desde el momento que es concebido:

He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
Salmos 51: 5.

Al considerar estas porciones, también pienso en lo siguiente: hay un aspecto biológico que se hace evidente en la vida del niño cuando manifiesta tendencias carnales o tendencias a ciertos pecados en los cuales incurrieron sus padres.

Estas tendencias se dan independientemente si sus padres fueron transformados por Jesús o no.  Pero aun cuando hayan sido transformados por el poder de Jesús, y están llevando una vida limpia, pura, recta y agradable a Dios, puede darse una fuerte inclinación en sus hijos hacia cierto pecado en particular.

Esto nos lleva a considerar las consecuencias del pecado, como lo indica Gálatas 6:7-8

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

Características de la naturaleza carnal y consecuencias del pecado original

1

Actúa u opera como si fuera otra persona dentro del hombre, motivándolo a responder contrario a la ley de Dios. Recuerde los tres aspectos de la ley de Dios que vimos al inicio de este artículo.

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden. Romanos 8:7

Esta porción nos muestra que hay una rebeldía contra Dios y contra todo lo que él ha establecido.

Y es la misma tendencia de rebeldía que se da en la vida de un niño cuando sus padres le prohíben o le instruyen hacer algo. La respuesta del niño usualmente es llevarle la contraria a sus padres. Estos son sus primeros pasos en la rebeldía.

La naturaleza carnal se vale de la ley para entrar en acción y opera en el individuo desde su niñez. Estas acciones se constituyen en su naturaleza. En otras palabras, ¡el niño ya viene al mundo así! Lamentablemente, esto es parte de las consecuencias del pecado original.

El hombre entra a este mundo en un estado maltrecho, deficiente y anormal ante los ojos de Dios. ¡Es anormal porque Dios no lo hizo así en el principio! Pero, Dios desea restaurarlo a su condición normal.

2

La naturaleza carnal es parte del individuo desde su niñez y gobierna su vida. Aún los niños cooperan voluntariamente con esta naturaleza.

Pero, podemos lograr victoria sobre ella, como lo veremos en Efesios 2: 1-3

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
 Notemos las frases: anduvisteis en otro tiempo y vivimos en otro tiempo.

Así que, el ser humano puede ser librado de esta poderosa influencia carnal, independientemente de los tipos de pecado que uno haya cometido y del tiempo que uno haya estado en la condición de muerte espiritual. ¡En Dios hay poder para librar al hombre de ello!

En sus propias fuerzas, el individuo no puede luchar contra ella y vencerlas. En el momento en que se presentan ciertas tentaciones, el individuo caerá en pecado, al menos que su corazón no haya sido purificado mediante el Espíritu Santo.

En Romanos 7:24, el apóstol Pablo describe el poder de esta influencia carnal diciendo:
¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

Más atrás, en los versículos 14 y 15 dice:

Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. 
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.

¡Esta es una horrible condición! Verse llevado a hacer algo que uno no desea hacer, o no haciendo algo que uno realmente quiere hacer. Esto es vivir dominado, subyugado, esclavizado, encadenado, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año.

De allí que el apóstol clamara diciendo: “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”.

Pero, ¿sabía usted que Pablo fue librado de este mal cuando tuvo un encuentro con Jesús? Sí, y al ser llenado del Espíritu Santo, obtuvo la naturaleza divina lo cual es el espíritu mismo de Dios morando en su interior, llevándolo a una vida de producción espiritual en Cristo.

Saulo de Tarso fue liberado de la naturaleza carnal.

3

La naturaleza carnal también es la raíz de todo pecado. Allí es donde comienza el asunto.

Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.  
Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.  Mateo 15:19-20

El diablo se vale de la naturaleza carnal para tentar al hombre y jalarlo al pecado.

La naturaleza pecaminosa se manifiesta en las vivencias del hombre, en su interior y no así su cuerpo exterior, si bien el hombre puede usar sus cuerpo para incurrir en el pecado.

Esto lo podemos confirmar en Gálatas 5: 19-21

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 
Y más arriba, en los versículos 16 y 17 dice:
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

Entonces, vemos que hay una oposición entre dos espíritus: el Espíritu Santo y el espíritu carnal. Ambos no pueden gobernar la vida del individuo al mismo tiempo. O posee la naturaleza divina que tiende a agradar a Dios, o posee la naturaleza carnal, la cual se opone a Dios.

La herencia de la naturaleza pecaminosa es la peor de las consecuencias del pecado original, y de allí se desprenden todos las otras, las cuales se ven reflejadas en el deterioro espiritual del hombre.  En otras palabras, el espíritu del hombre se ha ido deteriorando más y más desde que se dio la muerte espiritual en adán y Eva.

4

A raíz del deterioro espiritual, el cuerpo del hombre también se está deteriorando, debido a la práctica de ciertos pecados. Por eso la vida del hombre se ha ido acortando más y más.

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Romanos 5:12
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Génesis 3:19
 

Por lo tanto, vemos que la palabra de Dios nos indica claramente, que otra de las consecuencias del pecado es la muerte física.

Así que, dos de las consecuencias del pecado son: la muerte espiritual, que es la separación espiritual del hombre de Dios, en donde la naturaleza carnal gobierna la vida de la persona y la muerte física, donde el individuo deja de existir.

Para comprender qué es el pecado de otra forma, podemos concluir que en vista que el ser humano está amarrado a la muerte por herencia, el pecado entonces es un poder que liga al hombre a la muerte física, habiéndolo primeramente esclavizado espiritualmente en vida en un estado de separación de Dios, lo cual es la muerte espiritual.

5

El pecado esclaviza, como lo vemos en Juan 8:34

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 

La esclavitud espiritual entonces, es otra de las consecuencias del pecado original.  Pero Cristo nos dice en el versículo 36:

Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

¡Por lo tanto hay esperanza!

6

El pecado separa al hombre de Dios: En Isaías 59:1-2 leemos

He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; 
pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.

La porción claramente nos muestra que Dios no tiene comunión con quien está en pecado. En Juan 9:31 vemos que

Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.
La sanidad del ciego lo llevó a concluir que Dios no oía a los pecadores, sino a los que hacen su voluntad.

Dios detesta el pecado en la vida de las personas, y para lograr la reconciliación con Él, es necesario entender que Dios ve el pecado como algo repugnante.

7

El pecado contamina el espíritu y el cuerpo del hombre. En Mateo 15:18-20 vemos

Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. 
Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.

¿Cómo opera el pecado en la vida del individuo?

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 
Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
Santiago 1:13-15

La concupiscencia es el deseo de cosas malas. Y cuando el individuo es atraído y seducido hacia el pecado por los malos deseos y no los resiste, cae en pecado.

Hay un agente externo que se vale de la naturaleza carnal para producir en el individuo la concupiscencia, o sea, el deseo de cosas malas. Ese agente es el diablo, el cual ha operado así desde el principio del mundo.

Después que el individuo sede su voluntad a la seducción, cae entonces en el pecado.

El pecado no siempre se da de forma abierta, pero siempre comienza en su corazón. Por eso Jesús dice en Mateo 5:28

Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Hay muchas personas que en sus corazones ya han cometido asesinatos, fornicaciones, codicias, etc. ¡Dios conoce el corazón del hombre!

Sin embargo, con todos los estragos que el pecado ha producido en la humanidad, ¡en Cristo Jesús está la solución!

 

Veamos las siguientes porciones que nos dan luz en cuanto a la solución:

Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
1 Juan 3:5
He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1: 29
¡Cristo puede quitar el pecado del hombre!

 

En Juan 8: 11, después que Jesús lidiara con los escribas y fariseos, se dirige a la mujer adúltera y le dice:

Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
¡El “no peques más” aún tiene validez hoy en día!

 

Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:36 
¡En Cristo Jesús hay poder para libertar del pecado por completo!

 

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. 1 Juan 1:2
La idea de Dios es que dejemos de pecar.

 

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
Y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Hebreos 2:14 y 15 
En Cristo hay gran capacidad de librar al mundo del poder del pecado.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Hebreos 4: 15 
Y porque Jesús atravesó la tentación resistiéndola con victoria de forma consistente, tiene la capacidad de ayudarnos a vencer el pecado de forma consistente.
¡Esta es la vida santa al cual Dios nos ha llamado!

Y USTED …

¿Ha logrado obtener una visión amplia sobre qué es el pecado?

¿Se mantiene aún en el estado de muerte espiritual a consecuencia del reinado de la naturaleza carnal?

¿Ha podido entender las consecuencias del pecado original?

 

Si ha llegado a este punto en este artículo, le insto a seguir los siguientes pasos para obtener su liberación total y permanente del pecado.

  1. Pídale perdón a Dios por todos sus pecados, con una mente y corazón verdaderamente arrepentidos y dolidos por haberlo ofendido. ¡Dios quiere hacer una obra esplendida en su vida!
  2. Viva una vida de completa obediencia a Dios en todo lo que él le muestre.
  3. Tome su cruz y niéguese a sí mismo cada día, sometiéndose a la voluntad de Dios.
  4. Pídale a Dios que lo llene con su Espíritu Santo para que lo libre de la influencia poderosa de la naturaleza carnal y produzca en usted la naturaleza divina.
  5. Póngase en contacto con nosotros para ayudarlo.

Acceda al estudio completo en audio sobre Qué Es El Pecado, presionando aquí.

¿Deseas oir más estudios en audio? Presiona aquí.

Algunas imágenes son de Freebibleimages.org.