“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” Efesios 5:25
¿Qué implica la frase: así como Cristo amó a su iglesia?
Veamos:
- El amor de Cristo fue tal que él dio su vida por la iglesia.
- El amor de Cristo está ligado a su sacrificio y entrega.
En otras palabras el esposo debe amar a su esposa a tal grado de entregar su vida por ella cuando fuere necesario.
Él dio su vida por los pecadores para que llegaran a ser santos; y esa misma actitud de entrega es la que pide al hombre tener en amor por su esposa. ¡Esto es amor real!
Gran parte de los problemas que surgen en el matrimonio tienen que ver con la falta de este tipo de amor, lo cual está íntimamente relacionado con el cumplimiento de los deberes conyugales del esposo, como también lo dice I Cor.7:3
El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.
Y de igual forma, I Pedro 3:7
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
Aquí vemos tres aspectos de la mentalidad de Dios hacia la mujer.
- El deber de darle honor a la esposa
- El entendimiento del criterio divino de la esposa como coheredera, lo cual implica que ella no está ni debajo del hombre ni detrás de él, sinó junto a él.
- La importancia de ver esto y vivirlo puede hacer que las oraciones del esposo sean oídas, o no sean oídas.
Otro aspecto que resalta en I Corintios 7:14 en línea con los deberes conyugales del esposo es que su cuerpo debe estar siempre consagrado al servicio de su esposa.
“La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer”.
Ni el esposo ni la esposa pueden hacer lo que les vengan en ganas hacer con sus cuerpos
Es importante mantener en mente que el esposo está unido a su esposa como una sola carne, por lo tanto, todo lo que él haga, los lugares a donde él se moviliza, lo que él haga con sus pensamiento, su mente, sus manos, sus pies, debe ser tal que pueda agradar a su esposa y no hacer nada que la ofenda, aun cuando él se encuentre solo. En otras palabras, la vida del esposo debe ser tal que honre a su esposa, sea que ella esté presente o no.
Dios provee de su gracia y poder para que cada esposo viva de acuerdo a estas demandas, sin embargo éste debe desear alinear su vida con Dios, aceptando su plan, renunciando así a sus propios deleites, los cuales a la postre, traerán condenación a su vida.
Si te ha parecido interesante lo que hasta aquí has leído, te invito a escuchar el mensaje titulado: Deberes conyugales del esposo.
Ver también: El deber conyugal de la esposa.
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